Navidad es una época en donde la comida es la protagonista.
¿Cómo podemos cuidarnos de nuestros impulsos y miedos?
En este episodio mencionamos algunas cosas para tener en cuenta.
Ni un número o una letra pueden definirnos.

Sobreviví a mi nostalgia,
a los poemas incompletos,
a enfrentar a los leones vacía
y a romperme la piel con palabras.
Sobreviví a mi ira del domingo,
a tus miradas desviadas,
a mi sed incontrolable,
y a mi llanto;
el incansable,
el tímido,
el que resuena en mis sábanas cuando nadie está en casa,
y quien es mi casa.
Sobreviví a lo que perdí de mí,
a toda la humedad que me desgarró por dentro,
pero nada me inundó,
nada me mató.
Sobreviví a perderlo todo
y por eso sé que mi tesoro,
mi casa más grande,
mi pañuelo
soy yo.
Por Gabriela Delgado

Tanto me gritaron,
que las fotos escondí,
porque veían lo que me “sobraba”
y no lo que tenía por decir.
Tanto me gritaron,
que me hice de papel,
y esos centímetros dolían tanto,
que en el inodoro los maté.
Tanto me gritaron,
que mi apellidó hasta negué,
por no ser lo que ellos querían,
de una niña a sus diez.
Tanto me gritaron,
pero yo también grité,
grito,
gritaré,
que esta soy,
esta seré.
Por Gabriela Delgado